Qué buena que me salió. Y todo gracias a no tener miel. Iba a hacer el aderezo con mostaza y miel, y para darle ese sabor dulce usé lo que tenía a mano. Un descubrimiento de salsa. Logré que mi novio coma tofu con gusto, con eso digo todo.
Necesitamos:
(para dos personas, o una persona muy contenta)
- 200 g de macarrones (también llamados penne),
- 100 g de tofu cortado en dados,
- 50 g de rúcula (aprox.),
- 2 tomates,
- pasas de uva,
- salsa de soja,
- aceto balsámico,
- zumo de limón,
- mostaza,
- cúrcuma,
- azúcar.
Divina preparación:
Ponemos los dados de tofu en un plato, con aceto balsámico, salsa de soja y un poco de zumo de limón. A macerar mientras preparamos el resto de cosas.
Hervimos los macarrones. Cuando están fríos (podemos ayudar con agua fría) los salamos un poquitín, y a la ensaladera, con la rúcula, los tomates y las pasas de uva.
Preparamos esta salsa en un cuenquito aparte: 2 cucharadas de mostaza + 1 cucharadita de azúcar + 1 cucharada de zumo de limón + 1 cucharada de aceite de oliva + un poquito de agua hasta que quede consistencia de aderezo de ensalada. Gran toque mágico final: una buena cucharadita de cúrcuma, que le va a añadir un sabor dulzón exquisito y un color hermoso. Corregimos la sazón de la salsa en función de nuestro gusto, evidentemente.
Y nada. Chorrito de aceite de oliva a la ensalada para que no se pegoteen los macarrones, mezclamos bien y servimos en un plato. Encima, colocamos los dados de tofu macerados y bañamos todo con esta salsa agridulce de color casi naranja. Nos atamos el babero, y a comer.
1 comentario:
qué rico parece. Me alegra que te hayas olvidado de la miel. es más !dietéptico"
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