La receta es para seis porciones. En la foto hay cuatro... ya se pueden imaginar por qué. Está riquísimo, y es muy simple.
Necesitamos:
- 90 g de harina blanca,
- 90 g de harina integral
[o 180 gramos de harina blanca]
- 1 pizca de sal,
- 1 cucharada de aceite vegetal,
- 75 ml de agua tibia.
O sea: harina, aceite y agua. Bien simple.
Tamizamos la harina y le agregamos la pizca de sal. Formamos una corona y le agregamos la cucharada de aceite y los 75 ml de agua tibia. Mezclamos hasta formar una pasta, añadiendo más agua si fuera -o fuese- necesario.
Amasamos en una superficie enharinada hasta que se forma una pasta suave. Cubrimos y dejamos reposar 30 minutos.
Volvemos a amasar y dividimos la masa en seis. Formamos bolas que luego aplanamos para que queden círculos de unos 15 cm de diámetro. Ponemos en el centro una gotita de aceite, que esparcimos con el dedo. Doblamos dos veces estos círculos, de manera que nos queden triángulos. Le pasamos un rodillo. La medida será aproximadamente de 18 cm desde la punta hasta la base, así que hay que estirar la masa bastante bien. Agregamos más harina si fuera necesario.
Calentamos una sartén grande con aceite. Cuando está bastante caliente cocemos los panes por tandas. Un minuto/ minuto y medio de cada lado. Mejor servirlos calentitos, así que se puede dejar la masa preparada y hacerlos rápidamente antes de sentarse a la mesa.
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