Esto es un experimento mío, inspirado en la costumbre de algunos países nórdicos de cocinar galletas de jengibre para navidad. Las hice sin azúcar (con stevia). Se llaman gallepanes porque la textura no es exactamente la de una galleta, sino la de una galleta medio panificada. Como si la galleta se hubiera hinchado de orgullo (vaya a saber por qué, con el destino que le espera), a tal punto que casi se convierte en pancito. Pero no del todo. En la preparación, me olvidé de ponerle un ingrediente graso, como aceite o mantequilla, y por eso quizás salieron un poco secotas. Si le quieren agregar una cucharadita de aceite, háganlo y después me cuentan.
Necesitamos:
(para unas 9 galletas)
- 200 g de harina (aprox.),
- 2 cucharadas de jengibre molido,
- 3 cucharas de stevia (si usan azúcar, un poco más),
- 1 cucharada de canela,
- 1 huevo batido,
- 1 pocillo de cerveza.
Preparation:
Batimos el huevo en un cuenco, hasta que pida clemencia. Calentamos el pocillo de cerveza 30 segundos en el microondas (o al fuego hasta que esté tibia). Agregamos la cerveza tibia al huevo batido, mezclando. Añadimos stevia o azúcar.
Ponemos sobre un colador, encima del cuenco, los 200 g de harina, el jengibre, y la canela. Y mientras tamizamos todo, mezclamos hasta formar una masa muy suave, que vamos a amasar hasta que digamos "es suficiente".
Hacemos bolitas con la masa, que después aplastamos para formar la galleta. Las colocamos en una placa de horno previamente enmantecada y enharinada. Encima de las galletas, incrustamos lo que nos dé la gana: frutos secos, pasas de uva, azúcar moreno, etc. Recomiendo especialmente las pasas de uva; fueron las que más me gustaron.
Lo metemos en horno precalentado a 200ºC, durante 25-30 minutos. ¡Y ya está! ¡Espíritu navideño!
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