miércoles, 22 de diciembre de 2010

Sopa de lechuga

"Fresco como una lechuga". ¿Quién dijo que la lechuga tiene que estar siempre fresca? Esta receta puede servir para cuando tenemos una lechuga que ya no está demasiado fresca, o para hacer con las hojas externas de la lechuga y reservar las de adentro, más crocantes, para ensalada. Yo mezclé lo que me sobraba de rúcula, que ya no estaba muy fresquita. Salió muy rica... y lo que sobró lo usé de salsa para pasta en otra comida, así que cundió. Que aprovechen.





Necesitamos:

- 25 g de manteca (mantequilla),
- 2 cucharadas de harina,
- 1 cubo de caldo de verduras,
- 1 cebolla,
- Una señora lechuga,
- 250 cc de leche,
- sal, pimienta, nuez moscada.

Preparación:

Derretimos la manteca y le agregamos la harina de a poco, como si fuéramos a hacer una bechamel. Echamos la pasta en el caldo de verduras, que habremos hervido en aproximadamente medio litro de agua. Cuidado con los grumos. Yo tuve que recurrir a un colador para deshacer varios grumos que se habían formado.
Sin dejar de revolver, llevamos esta bechamel de caldo a ebullición, bajamos el fuego y tapamos. Dejamos unos diez minutos.
Mientras, rehogamos la cebolla y la lechuga en una sartén. Cuando están blandas, las añadimos a la salsa y mezclamos. Dejamos cocer diez minutos más, y después trituramos. Agregamos sal, pimienta y nuez moscada.
Queda muy rica, como la mayoría de las sopas, decorada con levadura de cerveza y un remolino de aceite de oliva. Además, así queda como un canto a la salud, no me digan que no.
Espero que les guste, la verdad que a mí me sorprendió.

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